miércoles, 12 de noviembre de 2014

Entrevista a Janeth González (Encargada del Centro Diurno de Orokai)


¿Cuál es su nombre?

-Janeth González

¿Qué edad tiene Doña Janeth?

-54 años

¿Es oriunda de la provincia de Orosi?

-Sí, toda la vida

¿A qué se dedica actualmente?

-Soy ama de casa

¿De qué manera se unió al proyecto con los adultos?

-Por qué hace como 15 años, yo recién acababa de enviudar  y la Caja del Seguro Social me invitó como para ayudarme en ese tiempo, a que fuese a un curso para valorar a los adultos mayores y enseñarles a ellos lo importantes que son, que tienen derechos y hacer un grupito para que ellos hicieran cosas que jamás habían hecho por que siempre se habían dedicado a sembrar, a coger café pero nunca se habían sentado hacer manualidades o como grupo, tener un grupito de charla como para recrearse y esa era la inquietud de la C.C.S.S  y que se hiciera un grupo así aquí y me invitaron a ir no como adulta mayor si no como ayudante, como para hacerles un cafecito, un fresquito, atenderlos, ayudarles con las sillas o ir al baño  y yo vi que era algo muy bonito.

Y cuando termino el curso que era por un mes creo, entonces nos dijeron que si en Orosi nos gustaría hubiera un grupito de adulto mayor y nosotros vimos que era bonito, estaba mi persona y otras personas invitadas de la comunidad y como 6 o7 dijimos que sí y seguimos con el grupito y respaldadas por el padre de la iglesia católica que nos ayudaba un poquito con la comida y demás pero ya no ahora todos los recursos corren por nuestra cuenta y así empezó y ya son 15 años e íbamos de casa en casa porque cuando empezó ese curso empezó en Serpasa y cuando termino porque algo iban hacer ahí en Serpasa un salón o no sé, entonces nos vinimos a la casa de Don Gerardo Arce el dueño de la Colonial que nos prestó, después nos fuimos para el salón parroquial antiguo que nos lo presto el sacerdote y ahora que estamos en el salón parroquial nuevo por que como usted verá en este salón no tenemos mobiliario por lo que no nos hemos podido pasar para acá.

¿Para trasladarse a este salón solo necesitan el mobiliario?

-Tenemos fe que para este año por que se han hecho muchas gestiones y cosas para que nos los den, aparentemente en IMAS y la municipalidad nos van a colaborar con eso ya que la municipalidad tiene una partida que está destinada para el adulto mayor.

¿Cómo se realizó en contacto con Juber Gómez Gutierrez?

Por medio de la caja que lo invito a participar en el grupo de adulto mayor

¿Doña Janeth usted tiene hijos?

-Si claro tengo 4 hijos, una de 40 años, otra de 35 años y una más de 30 y un hombre de 25 años que está en la universidad.

¿Ellos que piensan acerca del grupo y de su participación?

-Me apoyan al 100% cuando hacemos rifas o algo y que si hemos estado mal de situación o se  necesita algo me ayudan un paquetico de arroz o algo para hacer una canastita de víveres para rifar ya que a nosotros nadie nos ayuda todo es por nuestros propios medios.

¿Qué experiencia le ha dejado trabajar con los adultos mayores?

-Un montón ya que cuando yo empecé tenía una fuerte depresión por lo de mi esposo y el trabajar con ellos me ayudo montones y me motivaba ver que el grupito iba creciendo y que conforme crecía iban llegando más adultos mayores yo me motivaba más y decía “Yo tengo que comprometerme más” porque señores que desde que empezamos hace ya 15 años aún siguen con nosotros,  muchos se nos han muerto pero aún mucho continúan viniendo y están ahí y lo que siento es un gran compromiso con ellos porque al ver la tranquilidad y felicidad de ellos uno se siente bien y se siente comprometido a luchar por ese grupo.

¿Qué espera de este grupo en específico, en esta comunidad?

-Esperar más que todo que se recreen,  ya que ahora en las casas donde viven no hay mucho lugar donde sembrar y cosas así me gustaría que aquí tuvieran un espacio para recordar los viejos tiempos mientras que lo disfrutan y que al mismo tiempo es algo para ellos mismos para que ellos coman y sepan que fueron ellos los que lo sembraron y ellos hicieron.

-Otra cosas importante es que la comunidad aprecie lo que ellos saben y que lo tengan presente porque a ellos les hace bien saber que lo que saben es importante para otras personas, y esperamos que cuando ustedes se vayan este proyecto continúe, para que ellos se distraigan que disfruten y que lo que se produce sean ellos mismos los que lo consuman y porque llevarle a la familia o quizá si es mucho venderlo.

¿Qué piensa de la participación de los niños en este proyecto?

-Muy buena porque estos chiquitos no tenían una idea de cómo se siembra el culantro y se les ha ido enseñando como sembrarlo y se les dio semillas para que lo que aprendieron acá no se les olvide y llegaran a la casa y las sembraran para que así también la familia aprendiera y valoraran lo que se les enseña.

¿Cree que tiene un  buen futuro vincular a los niños con los adultos mayores?

-Claro que sí porque ahora con la tecnología ellos han perdido el contacto con el campo y acá los adultos mayores les cuentas sus vivencias de cómo es la vida en el campo y como mantenían a sus familias.

Entrevista A: Don Odir Gutierrez - 74 años

¿A qué se dedicaba su esposa?

Mi señora es artesana, ella pintó 2 cuadros.

¿Siempre se ha dedicado a eso?

Bueno, ella desde que yo la conocí fue costurera, hacía vestidos de novia, de primera comunión, de bautizo, hacia camisas, jackets reversibles, tenía un contrato en una boutique de Cartago con ropa, jackets…sí, después dejó la costura porque le salió un daño en la columna de estar sentada por lo que se dedicó a las manualidades, ella en las manualidades es una artista. Porque aquí, aquí en Orosi la admiran mucho por ser tan inteligente, incluso ella les da a manualidades a los adultos mayores del grupo de acá. Nosotros estamos en el grupo.

¿Qué recuerda usted de la población de Orosi en su niñez y juventud?

Yo conocí Orosi en mi niñez como una zona cafetalera, acá donde estamos sentados (su casa) era un cafetal…habían unas cuantas casitas y se puede decir que cada 400 metros de distancia había otra casa. En donde se veía un grupo de casas era porque era de los dueños de las fincas que tenían varias casas para mantener a los trabajadores y darles dónde vivir y qué comer.

En el tiempo en el que se crió cuando era niño todos estaban descalzos, nosotros no sabíamos lo que eran los zapatos porque vivíamos una vida de mucha pobreza, incluso recuerdo que no tomábamos café sino agua dulce con un banano sancochado lo que llaman cocinado en agua con sal y con eso desayunábamos a veces por la pobreza y el dinero costaba verlo porque los salarios en ese entonces eran muy bajitos. En el pueblo no había luz eléctrica…nada…era totalmente oscuridad.

¿De hace cuántos años estamos hablando?

Bueno, vamos a decirles, tal vez 65 años. Porque yo tengo 74 y cuando yo me criaba, que era en la Revolución de Calderón y Figueres; en esa época yo tenía 8 años. Yo veía sus camiones raros que pasaban con soldados y rifles y uno se asustaba, le daba miedillo. Si, en esa época se estaba viviendo una época bastante difícil para los papás de uno; porque anteriormente, desgraciadamente como no había entretenimiento, se llenaba mucho de familia; al menos en mi casa éramos 14 con nuestros papás y había gente que eran 20 o 18, como le digo no había entretenimiento, televisión (risas); todo era oscuridad y el que tenía radio decía que lo manejaba con una batería seca, se enchufaba para escuchar radio. Y los que no teníamos, nos íbamos donde hubiera un radio para escuchar música.

Recuerdo yo, porque yo vivía después de aquel puente que pasaron ustedes, que llamamos puente negro, la finca que sigue que es puro café, hay unos árboles secos, yo me crié ahí, desde la niñez a la juventud se puede decir. Recuerdo que en una finca lejos de aquí, hicieron un galerón grande y trajeron un televisor y cobraban 15 céntimos para ver televisión. Nosotros pagábamos para ir a ver películas o fábulas que era lo que le ponían a uno, era totalmente oscuro, ya a las 6 de la tarde había que estar en la casa, porque era totalmente oscuridad.

De vez en cuando nos reuníamos un grupo de chiquillos a contar chiles, nos entreteníamos un rato, pero rapidito para la casa, porque los papaces de antes eran exigentes, ellos le decían: -bueno a tal hora viene…- y si no lo iban a traer de las orejas o como fuera; ya ahora no, totalmente cambio…

Aquí lo que eran cafetales, eso lo apearon y hicieron urbanizaciones, ahora aquí se puede decir que es una barbaridad, ha avanzado tanto el tiempo de esa época, que nosotros no conocimos la mariguana ni nada de esos vicios raros, y hasta ahora que tengo 74 años no los conozco, pero hay bastante. Mientras fue pasando el tiempo, se fue soltando esa carajada, aquí hay mucha gente que fuma de eso y lo peor es que personas mayores involucran a niños de escuela, se ha hecho todo lo posible, pero no es posible que a los cabecillas, los que venden eso no los pescan, no los agarran.

Nosotros en el tiempo libre, en las tardes, el entretenimiento era jugar trompo, chumicos…

 Después había juego de trompos, picar mancha, que era digamos yo tiraba el trompo y los demás, le tiraban a darle, y cuando uno no pegaba ese trompo, entonces le quitaban el trompo de uno y algunos tenían un trompo especial con el clavo de este tamaño (lo muestra con sus manos), el puyón que llamábamos nosotros, donde baila, era largo, lo agarraban y le hacían huecos por todo lado, ese era el perdedor, y era eran juegos muy bonitos, muy tradicionales, muy bonitos.

Otro juego que teníamos nosotros; no es como ahora que lo mandan a usted a hacer un mandado y corre y coge la bicicleta, verdad, y va a hacer el mandado en bicicleta, ahora ya a lo moderno, anteriormente no, a los estañones les sacábamos la parte del filo de arriba y la parte del filo de abajo, quedaba una ruedita, una rueda, un círculo, grande, tal vez como un círculo del grueso de este dedo, hacíamos con alambre un gancho y eso era lo usábamos como bicicleta nosotros, nos decían vaya a la pulpería y me trae una peseta de achiote u una peseta de manteca, entonces agarraba uno la rueda, enganchaba el gancho y se iba a hacer el mandado.

Yo recuerdo que yo vivía tamaño poco largo y yo no duraba nada para venir a la pulpería y llevarle a mi mamá el mandado, porque uno con la rueda se entretenía y como no había, como no habían carros, las calles que habían eran, bueno esa si ha existido desde que yo recuerdo esa calle si estaba pavimentada, la principal, nada más estaba pavimentada porque esa iba a dar a una finca de los Calderón, de los Guardias, Rafael ángel Calderón era el dueño de esa finca entonces había asfaltado esa calle, pero las demás eran calles lastreadas, eran de barro y como no habían carros, usted agarraba la rueda y tranquilo porque no se tomaba uno ni un carro, aquí los únicos que tenían carro eran los finqueros, pero no carros modernos sino que antiguos, las ruedas eran de aro, como ver una llanta de bicicleta y carros, bueno tal vez en algunas cintas ha visto a este actor, uno que andaba con un bordoncillo ahí, Charlie Chaplin, ahí salían mucho esos carrillos, esos eran los carros que habían aquí, para ir a Catago, aquí se viajaba en carreta o en caballo, por un camino de lastre, no llevando esta carretera sino que al llegar al puente que hay aquí antes de llegar aquí a Orosi, donde llaman Puente Negro, eso habían desecho allá por la montaña y iba a salir allá a Cartago, ahí era donde se iba a comprar uno lo que se comía, el comestible, se viajaba en caballo o en carreta.

Hasta el tiempo un señor que se llamó Aguilarcito, trajo una buseta con compuerta atrás, que bueno esa buseta según contaba mi papá cuando trepaba esa cuesta, se le reventaba tal vez la polea, lo que hacía era agarrar un mecate y ponerle el mecate como polea, abanico de enfriamiento, y así se iba para abajo y ese humarascal (risas), bueno yo que viví esa época me pregunto cómo vivirían mis abuelos, porque mis papás vivieron bueno parte de lo que vivimos los hijos y ellos, pero lo que fueron mis abuelos, eso no sé yo la verdad.

¿Qué son chumicos?

Son unas bolitas, es una mata que se cría, antes había por todas partes; ahora solo en la montaña, es como un garbanzo, solo que del tamaño de una bolinche (bolincha), eso se cría en una mata de enredadera, echan las vainas, hecha tres o cuatro chumicos cada vaina, eso se seca y luego se pone negro, negro, negro. Entonces eso lo jugábamos nosotros poniendo un círculo y una raya; ahí apostábamos cuanto íbamos cada uno y le dábamos con la bolincha y ahí hasta que terminara de sacar, el que tenía buen pulso, sacaba un montón y se lo embolsaba él; el que no tenía que poner otros, se ponían 10,15…20 chumicos por persona; y las mujeres, las chiquillas se dedicaban a jugar jackses o cromos, era muy bonito. Yo no cambio el tiempo de antes, yo sé que la tecnología está muy avanzada y ahora el que no tenga un tele es raro, anteriormente para cocinar se colocaban ladrillos y se le colocaba una lámina de metal con huecos y métale leña usted; y hasta que se hacían un cascaron a las ollas, eso que le llamamos hollín, eso de llevar tanto fuego. ¿Y quién iba a despegar  eso?, solo lo iban a lavar por dentro, parecían un carbón todas negras.

En cuanto a eso si, mucha pobreza, pero se comía muy bien porque todo era orgánico. Ahí no conocimos los químicos que hay ahora, nada de herbicidas, nada de químicos ni abonos.

¿Todo lo que ustedes consumían era cultivado por ustedes?

Sí, todo era natural, los chayotes tenían un buen sabor, las papas cuando las pelaban y lavaban hasta que se esponjaban, brillaban parecía azúcar y ese sabor de la papa sabroso.

Sembraba uno, porque yo soy agricultor también, a mí me gustaba sembrar desde pequeñito, yo limpiaba una parcelita y me hacía los frijoles, se veían tan buenos sin necesidad de echarles nada. Ahora desde que usted arregla un terreno tiene que echarle como un desinfectante a la tierra porque está contaminada, y así pueda nacer lo que siembra usted; y cada 8 o 15 días atomizar con lo que se tiene.

¿Usted se ha tenido que acostumbrar a eso?

Sí, ahora es diferente a aquí yo fui tomatero, sacaba bastante tomate de acá. Antes se tenía muy buena cosecha, ahora hay que echarle mucho químico para que se pueda rescatar algo; pero el sabor nunca va ser igual.

Aún recuerdo lo que era comerse una verdadera olla de carne, era una delicia.

¿Y aquí era lo único que se practicaba, la agricultura?

Si, había mucha caña de azúcar también. Cuando yo empecé a trabajar… que fue a los 12 años, que gracias a Dios saque el sexto año.

El patrón mío le ofreció a mi papa que me fuera a estudiar, el me regalaba la beca; colegio solo en Paraíso había; pero desgraciadamente vino un traspié de la familia, calló mi papá con un derrame y quedó impedido. Mis hermanos mayores se habían casado que eran mayores que mí, solo quedaba de mayor yo y otro mucho menor que yo.

Le dije a mamá que estaba viendo si iba al colegio o trabajaba para ayudarle, mamá me dijo que yo sabía, que de una manera se hacía. Decidí trabajar, mi primer salario fue de 12 colones por semana.

¿Cuántas horas trabajaba?

Nosotros por ser menores de edad, trabajábamos 6 horas nada más, no trabajábamos las 8 horas.

¿Y trabajaba de lunes a viernes?

No, de lunes a sábado. Si, eran 2 colones por día lo que me ganaba yo. Yo le daba toda la platica a mamá, ella se dejaba 10 y me daba 2 colones; pero con 2 colones yo compraba golosinas hasta decir basta, a montones porque era muy barato.

Ustedes están muy jóvenes y desearían como devolver el tiempo para vivir esa época que fue linda, linda, linda. Antes no había malicia de nada. Ya uno ve ahora que chiquitas en primer año del colegio hay que sacarlas por están con su barriga. Totalmente el tiempo se desordenó.

Bueno, yo trabajé de todo, estuve en un trapiche, la elaboración de caña de azúcar hasta verla en una tapa de dulce.

¿Aquí habían trapiches entonces?

Aquí habían 5 trapiches, uno estaba del puente negro, después esa calle que va para dentro, ahí había uno. Aquí en la finca que pasaron había otro que fue donde trabajé yo. En Palomo habían 2…. fui lechero, boyero...en fin todos los trabajos que he hecho y de último trabaje con el ICE en los túneles, para que nos pusieran la luz, fue muy bonito, de sorpresa cuando se alumbró todo, ya había claridad.

¿Qué diferencia hay de la economía de ahora con la de antes?

Bueno en el trabajo, yo logré hacer de todo, porque había también ganado, fui lechero, ordeñé vacas, fui boyero, halé bueyes, halé caña de azúcar, halé café para los beneficios, palié tapado porque anteriormente la asistencia de una finca era en el verano una palea, una raspa al centro, una palea al centro, al centro de las dos matas donde estaba, porque el café se sembraba cada dos metros, tanto de ancho como  entre mata y mata, ahora no, ahora se siembre más seguido y más angosto, entonces en el verano acostumbrábamos hacer un palea al centro para que le entrara el sol, se asolaría el terreno, después en invierno se le hacía a la mata para evitar la viragua.

La viragua viene de tanta lluvia porque Orosi era una zona de que habían temporales de veintidós días sin parar día y noche, día y noche, notros los que hemos trabajado en finca nos tapábamos con sacos, no con plásticos, ahora hay plásticos, hay capas, hay botas, éramos descalzos, en aquel tiempo éramos descalzos todos, nos amarrábamos una cáscara de banano, agarrábamos el pantalón, nos amarrábamos cáscaras de banano aquí (lo muestra con sus manos en una, hasta la mitad de la misma), como polainas para volcar la tierra, ir volcando la tierra y las paleas tapadas, entonces ahí le pegaba a usted el barro y no ensuciaba tanto la ropa, porque no podía ensuciar uno tanto la ropa, porque no había sol, no salía el sol, le digo eran veintidós días de lluvia día y noche, la ropa la secábamos en el humero, no habían cocinas, no había nada, sino que eran fogones, unos ladrillos de éste lado y otros de éste y se ponía una lámina de hierro con huecos, se hacían huecos con un cuchillo, a veces duraba uno, con un cincel, porque no había la tecnología que hay ahora, no había metabos, ni esmeriles, nada de eso y ahí se cocinaba y arriba se ponía un mecate con dos palos, pero gruesos y ahí se ponía la leña a secar, el calor del fogón secaba la leña nosotros llegábamos en la tarde y poníamos la ropa en el humero, a secarla para otro día, a veces no se secaba, a veces teníamos que poner la ropa húmeda y olorosa a humo (risas), no se le arrimaban los moscos  uno porque olía a puro humo, si era tremendo verdad, y era bonito porque no había droga, no había peligro, usted salía en la noche y a las seis de la tarde ya iba uno para la casa porque qué se quedaba haciendo, los negocios eran pulperías, donde vendían veinticinco céntimos de achiote, una libra de azúcar, eso se trataba por libras, lo vendían todo en bolsas de papel, todo era totalmente a la diferencia de aquel tiempo, todo cambió, ya ahora no, ya ahora todo viene empacado, ahora es por kilos, ya no es por libras, es como antes en la moneda, eran centavos, le decían a uno eso vale setenta y cinco centavos, ya uno sabía lo que eran setenta y cinco centavos, ochenta centavos, sesenta centavos, y después llegaron los céntimos, sesena céntimos, cincuenta céntimos, todo fue cambiando de tal manera de que el con ya no se ve nada,  ya hora la chapita más pequeña es de cinco colones.

¿Alguna anécdota que nos guste contar y que crea que no vuelva a pasar?

Historias en cafetales, que ahora casi no hay por tanta urbanización. También uno antes solo zapatos andaba los fines de semana, entre semana totalmente descalzos, se le hacía la piel a uno gruesísima, ya ni sentía las espinas.

¿La escuela como era?

Bueno, cada quien iba como Dios le ayudara, en ropa particular, no habían uniformes, nada de eso. Unos iban más aseados que otros, en la escuela no se fijaban en eso…

 Algo que ha cambiado mucho son los matrimonios, ya no se casan por amor. Ahora todo es desechable, se juran amor y a los  meses cada uno por su lado. Mis hijos tienen hijos pero no viven con sus ex-esposas, velan por ellos y son muy respetuosos, pero se criaron en otro ambiente.

¿Que tradiciones aún se conservan, más que todo religioso?

Aun se celebra el 19 de marzo, el día de San José. En esta iglesia lo que habían eran padres franciscanos, con vestido Carmelo y un cordón en la cintura.

Se siguen celebrando varias fiestas de la iglesia, la fiesta de San Isidro el Labrador, el mes entrante el Corpus Cristi, en fin.

Algo que ha cambiado mucho son los matrimonios, ya no se casan por amor. Ahora todo es desechable, se juran amor y a los  meses cada uno por su lado. Mis hijos tienen hijos pero no viven con sus ex-esposas, velan por ellos y son muy respetuosos, pero se criaron en otro ambiente.

¿Qué tan devota es la gente en Orosi?

Pues en semana santa, era una multitud de gente, los papas no lo dejaban jugar ni ir a bañarse al río, se hacían ayunos; se tomaba café a las 6 de la mañana y hasta las 12 se almorzaba.

Ahora hay menos gente y se han perdido muchas costumbres, pero aún hay fe. Cuando hay un difunto, la iglesia se llena de gente, aunque no se le conozca mucho, se le acompaña hasta el cementerio.

Historia de Vida de Don Juber Gómez Gutierrez

Don Juber es una adulto mayor que ha vivido toda su vida en Orosi de Cartago. A sus 75 años de edad nos permitió compartir sus vivencias y facetas a través de esta Historia de Vida. Tras cursar la primaria se le presento la oportunidad de estudiar pero debido a que su padre cayo enfermo empezó a trabajar a la edad de 13 años. Su familia estaba compuesta por 12 personas, 10 hijos, su padre y madre. En el momento que empezó a trabajar y ayudar en casa él respondió por 5 personas. Él mismo nos decía que eran tiempos difíciles en los cuales se vivía a “Coyol majado, Coyol comido”. En ese entonces su salario era de 12 colones. Su primer par de zapatos lo uso a sus 22 años cuando se caso con María Zelmira Loaiza Ortega mejor conocida como “Amable” en el sector de Orosi. Él nos aseguró que por su nombre de pila nadie nos daría razón de ella pero si decíamos “Amable” hasta la dirección de la casa nos darían. Con esta artesana lleva casado 51 años y renovaron sus votos a los 50 años de matrimonio.

Criaron a 4 hijos y 2 hijas, los cuales hoy son maestros de obras, un Mecánico, 2 Eléctricos y 2 Amas de casa. Esta familia fue mantenida siempre gracias a la agricultura que Don Juber practicaba. Con sus siembras de tomate, vainica, chile dulce, apio, maíz dulce, alberjas, frijol y otros productos. Sus productos siempre los colocó en las plazas de Cartago o Cenada. En su experiencia como agricultor destacó que en sus tiempos no habían plagas que afectaran las plantaciones y el sabor de los alimentos era mucho mejor cuando eran orgánicos. Aunque dejó de estudiar a sus 13 años tanto él como la comunidad productiva de Orosi buscaban el apoyo de especialistas del INA para su desarrollo como agricultores. En ese entonces entre 15 y 20 personas de la localidad solicitaban al INA capacitaciones en agroquímicos. También vivió tiempos en los cuales los terratenientes solían dar hogar y alimentación a sus peones algo muy común en la zona de Cartago en los años 50 y 60 de nuestro país.

En cuanto a su juventud en el valle de Orosi nos contó como los juegos llamados “Chumicos”, trompos o bolero fueron parte de su niñez. Eran tiempos sencillos en los cuales no había tendido eléctrico y a las 6 de la tarde todos empezaban a dormir. El viaje de Orosi a Cartago en caballo o carreta duraba hora y media para esos días. Además nos aseguro que el primer automóvil que vio fue el del Dr. Rafael Calderón Guardia. En cuanto a la juventud actual, refiriéndose en buena parte al proyecto que se desarrolla para que los niños aprendan agricultura, nos dijo:

“ Los niños tienen ganas de aprender hay que ir poco a poco. Aunque hagan las cosas mal hay que hacerles ver la diferencia”

Su interés como agricultor es que los jóvenes que no cuenten con la oportunidad de estudiar miren la agricultura como una actividad para defenderse. Para terminar y como un dato algo desalentador se refirió a que los jóvenes de hoy en día se olvidan del adulto mayor. Es algo que la mayoría de las personas sabemos y dejamos de lado pero el oírlo de su boca y con las razones que nos mostró son motivos para tomar conciencia. Se refirió a varias instituciones que no les han brindado ayuda en el proyecto así como la alcaldía que les prometió varias cosas, IMAS, el Instituto Tecnológico de Costa Rica y otros. A la fecha algunas personas interesadas en el progreso del salón diurno del adulto mayor se han esforzado y con sus rifas o constantes visitas han logrado conseguir un poco de ayuda. Las acciones del MEP y la UCR en conjunto fueron de las pocas que él nombro. También se refirió a muchas personas que pudiendo dar algo se hacen de la vista gorda en el momento de ayudar. En fin esta es una pequeña recopilación que se pudo hacer sobre este personaje tan querido en la comunidad de Orosi, Don Juber Gómez Gutierrez.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Historia de Vida: Don Agustín Sánchez Guevara.


Don Agustín Sánchez Guevara, de 74 años de edad, mejor conocido como “Tingo” es toda una figura en el pueblo de Orosi, casado desde hace 46 años con su cónyuge Ligia Brenes Siles (que también forma parte de otro grupo de oración), asegura llevar una vida con una estrecha relación con Dios. Tiene seis hijos, 4 hombres y dos mujeres.
Actualmente se dedica a mantener la cancha y el cementerio del pueblo, él forma parte de un grupo de “hombres de negocios” donde asegura que tienen un negocio con Dios, en dicho grupo, los participantes se dedican a orar, hacer giras y charlar sobre Dios.
De joven, Don Agustín trabajaba en finca “La Troya”, realizando diversas tareas como cortando caña o arreando bueyes, él nos cuenta que cuando recolectaba café, muchas veces terminaba hasta las ocho de la noche, posteriormente trabajó para el ICE, “Tingo” recuerda que solía trabajar cerca de Tapantí, cerca de donde nace el río Reventazón, él se encargaba de limpiar las parrillas en la represa de Tapantí, para ello tenían que cruzar la montaña, este recorrido les llevaba de cuatro a cinco horas.
Asegura que a pesar de todo, nunca le faltó dinero, él nos enseña la importancia de ahorrar pues piensa que hoy en día es más sencillo conseguir dinero pero también es más sencillo desperdiciarlo.
Asegura que salvó su vida en el momento en que ingresó a un grupo de rehabilitación para alcohólicos y desde que se libró de su adicción lleva más de 16 años de no tomar. Nos cuenta que de no ser por su rehabilitación, probablemente hoy en día, él estuviese muerto.
En la actualidad, Don Agustín vive su vida tranquila, siempre amante del fútbol y en especial, del Club Sport Cartaginés.
De joven formo parte del equipo del pueblo llamado “Deportivo Fonseca”, éste era un equipo considerado uno de los grandes en el pasado. Peculiarmente nunca entrenaban, pero todos contaban con buena condición física y éste hecho era el secreto del éxito del equipo, ya que en el pasado no se practicaba el fútbol de una manera profesional, como se practica hoy en día.
Él era sobresaliente como jugador, le gustaba jugar como lateral izquierdo y su especialidad era hacer goles olímpicos, goles que nacen de un tiro de esquina y son muy raros de observar hoy en día. Militó en diversos equipos hasta llegar al llamado “ballet azul” en Cartago donde jugó por más de 7 meses, cumpliendo así uno de sus más grandes sueños.
Entre otros pasatiempos, a Don Agustín siempre le agradó a la agricultura, actualmente tiene cultivos de yuca, piña, maíz, entre otros, pero nunca se dedicó precisamente a esto.
Nos cuenta uno de los principales conflictos que ha tenido que enfrentar junto a su pueblo, todo comenzó cuando un empresario de Agua Caliente comenzó a extraer material del Rio Reventazón, esta actividad ha generado diversos conflictos con la comunidad.
El grupo “Orosi Vive” que cuenta con más de 70 personas, donde Don Agustín forma parte, es quien se ha opuesto a los actos realizados por la constructora de Orosi y gracias a esto el proyecto ha estado detenido por más de un año. Se han realizado diversas marchas, protestas, cerrado vías y diversas actividades con el fin de defender a su preciado pueblo
Nos cuenta también que hace unos nueve años, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados había hecho un túnel del embalse para transportar el agua de Río Macho hacia San José, mientras se estaba realizando dicho trabajo, lanzaron mucho material de desecho en las quebradas, esto causó una presa en el rio y generó una avalancha que cobró 7 vidas, sin duda alguna, un pasaje triste para recordar.
Actualmente también forma parte del grupo de adultos mayores de Orosi, donde su hija también es miembro. Don Agustín asegura que siempre que puede saca el rato y hace trabajos para el grupo y para la comunidad. El ama su pueblo y haría lo que sea con tal de defenderlo.
Don Agustín, mostrando parte del Río Reventazón.

jueves, 30 de octubre de 2014

Proceso de formación del invernadero de plantas medicinales con la participación de adultos mayores y niños y niñas de la comunidad de Orosi de Cartago

Reunión de adultos mayores de la comunidad



Compañeros entrevistando los adultos mayores


Compañeros entrevistando los adultos mayores


Terreno antes de construir las tarimas

Centro Diurno




Preparativos para iniciar a cultivar


Niños, adultos aprendiendo a sembrar




Evolución de los cultivos






Los niños se muestran felices al ver el resultado de su trabajo



Inicio de la construcción de las tarimas para sembrar

jueves, 23 de octubre de 2014

Conociendo un poco Orosi

Escuela de Orosi

Convento de Capuchinos San José de Orosi

Vista Centro de Orosi desde el Convento

Imágenes que se encuentran dentro del templo

Imágenes que se encuentran dentro del templo

Imágenes que se encuentran dentro del templo


Interior del templo

Campanario del convento

Vista del jardín del templo

Pasillo del museo

Museo ubicado a un costado del Convento

Nuevo templo ubicado a la par del Convento, su construcción se encuentra a un 50% de avance

Entrada al Convento


Interior del nuevo templo

Interior del nuevo templo


Antiguo cementerio ubicado junto al Convento

Antiguo cementerio ubicado junto al Convento

Antiguo cementerio ubicado junto al Convento

Antiguo cementerio ubicado junto al Convento

Plaza de deportes